¡Sí, de vuelta al rodaje de un documental! Desde hace tanto tiempo que no lo hacía que, cuando me lo propuso Daniela Alvarado de Tornasol Films -paisana a quien no conocía- le dije inmediatamente que sí. Me apetecía un montón llevar la producción de un rodaje con un equipo pequeño y multicultural, sobre un escritor latinoamericano poco conocido.
El equipo estaba conformado por el director uruguayo Pablo Dotta, el sonido estuvo a cargo de Aramis Rubio de nacionalidad cubana, Almudena Sánchez hizo la cámara y la fotografía y Cristina Cuevas fue su ayudante (ambas españolas). Adicionalmente a éste equipo, algunos días se sumó una 2ª unidad y tuvimos a Dani Úbeda y a Alonso, ayudante de cámara mexicano. Esto demuestra que Madrid es una ciudad que propicia el intercambio cultural y que muchas personas de América Latina convivimos felizmente en ella.
Uruguay es un país que tiene tres millones de habitantes, y lo que más impresiona es que siendo tan pocos tengan una producción literaria tan abundante. A raíz de la dictadura de 1973, Juan Carlos Onetti fue encarcelado y gracias a la mediación del poeta español Félix Grande, pidió asilo político a España y residió en Madrid con su esposa Dolly desde 1975 hasta que murió en 1994. En 1980, recibió de manos del Rey el Premio Cervantes y, a pesar de ello, fue un escritor que aún merece ser reconocido. Más famoso que Onetti fue sin duda Benedetti.
La producción ejecutiva del documental es de Mariela Besuievski de Tornasol Films, y la idea nació a raíz de los homenajes que la Sociedad Estatal Española de Conmemoraciones (SECC) estuvo organizando por el centenario del nacimiento de Onetti, además de ser ente patrocinador del documental. El material se grabó con una Sony EX3, HD de la gama Cine Alta, y el rodaje duró poco más de un par de semanas. Comenzó con las conferencias que Vargas Llosa y Muñoz Molina dieron en la Casa de América, para luego dar paso al concierto que ofreció el músico y compositor uruguayo, Fernando Cabrera, quien participa en el documental de manera activa como compositor de la música original y como hilo conductor del rodaje madrileño. Posteriormente, se rodará en Montevideo otro par de semanas, para poder postproducir el último trimestre del año.
Uno de los días más interesantes del rodaje fue en el piso de Onetti, ubicado en la Avda. de América. Nos recibió Dolly, su viuda, mujer octagenaria incansable y activa que nos mostró sus fotos, además de los libros que le gustaba leer a Onetti, y nos habló de uno de sus géneros favoritos de lectura: la novela policial. Al culminar el rodaje nos ofreció un almuerzo preparado por ella misma. Aquí acoto que, lo bonito de los documentales es, que el hecho de estar conformado por equipos pequeños, hace que sus integrantes terminen siendo como una familia con la cual se comparten innumerables horas y se crea una cierta camaradería.
He escuchado decir durante estos días, que Onetti fue un escritor denso, existencialista y sustancioso, recomiendan comenzar con El Pozo y seguir con algunos de sus cuentos. Sería bueno que, si te topas con un libro de Onetti en alguna librería le eches un vistazo, quien quita que sea un escritor de tu gusto y que aún no lo hayas descubierto.
Me despido dejando este link a la página de Pablo Dotta, director del documental con materiales y fotos.
El equipo estaba conformado por el director uruguayo Pablo Dotta, el sonido estuvo a cargo de Aramis Rubio de nacionalidad cubana, Almudena Sánchez hizo la cámara y la fotografía y Cristina Cuevas fue su ayudante (ambas españolas). Adicionalmente a éste equipo, algunos días se sumó una 2ª unidad y tuvimos a Dani Úbeda y a Alonso, ayudante de cámara mexicano. Esto demuestra que Madrid es una ciudad que propicia el intercambio cultural y que muchas personas de América Latina convivimos felizmente en ella.
Uruguay es un país que tiene tres millones de habitantes, y lo que más impresiona es que siendo tan pocos tengan una producción literaria tan abundante. A raíz de la dictadura de 1973, Juan Carlos Onetti fue encarcelado y gracias a la mediación del poeta español Félix Grande, pidió asilo político a España y residió en Madrid con su esposa Dolly desde 1975 hasta que murió en 1994. En 1980, recibió de manos del Rey el Premio Cervantes y, a pesar de ello, fue un escritor que aún merece ser reconocido. Más famoso que Onetti fue sin duda Benedetti.
La producción ejecutiva del documental es de Mariela Besuievski de Tornasol Films, y la idea nació a raíz de los homenajes que la Sociedad Estatal Española de Conmemoraciones (SECC) estuvo organizando por el centenario del nacimiento de Onetti, además de ser ente patrocinador del documental. El material se grabó con una Sony EX3, HD de la gama Cine Alta, y el rodaje duró poco más de un par de semanas. Comenzó con las conferencias que Vargas Llosa y Muñoz Molina dieron en la Casa de América, para luego dar paso al concierto que ofreció el músico y compositor uruguayo, Fernando Cabrera, quien participa en el documental de manera activa como compositor de la música original y como hilo conductor del rodaje madrileño. Posteriormente, se rodará en Montevideo otro par de semanas, para poder postproducir el último trimestre del año.
Uno de los días más interesantes del rodaje fue en el piso de Onetti, ubicado en la Avda. de América. Nos recibió Dolly, su viuda, mujer octagenaria incansable y activa que nos mostró sus fotos, además de los libros que le gustaba leer a Onetti, y nos habló de uno de sus géneros favoritos de lectura: la novela policial. Al culminar el rodaje nos ofreció un almuerzo preparado por ella misma. Aquí acoto que, lo bonito de los documentales es, que el hecho de estar conformado por equipos pequeños, hace que sus integrantes terminen siendo como una familia con la cual se comparten innumerables horas y se crea una cierta camaradería.
Participan en el documental los escritores uruguayos Rafael Courtoisie, Milton Fornaro, y Cristina Peri Rossi, Hortensia Campanella, editora de las obras de Onetti, Juan Cruz y Félix Grande, Juan Villoro y diversos críticos expertos en la literatura Onettiana, y para darle mayor musicalidad y color al documental, tiene también una participación Jorge Drexler, -músico uruguayo residente en Madrid y amigo de Fernando Cabrera- quien se interesó en escuchar la música que está componiendo Fernando para el documental y se animó a tocar alguna nota con él.
He escuchado decir durante estos días, que Onetti fue un escritor denso, existencialista y sustancioso, recomiendan comenzar con El Pozo y seguir con algunos de sus cuentos. Sería bueno que, si te topas con un libro de Onetti en alguna librería le eches un vistazo, quien quita que sea un escritor de tu gusto y que aún no lo hayas descubierto.
Me despido dejando este link a la página de Pablo Dotta, director del documental con materiales y fotos.